Esta obra es la primera parte de una trilogía que trata acerca de los Mitos que se han generado desde hace milenios respecto a una de las Entidades más representativas del culto en América.
Esta “Entidad” responsable de la creación de la Humanidad, del Quinto Sol, del conocimiento, de la espiritualidad, la sabiduría, las artes, la agricultura, las ciencias, los conocimientos fundamentales y ocultos, de la dualidad y de haber entregado al ser humano el maíz, ha sido fuente inagotable de mi inspiración.
Material: Lápices de colores en hoja de papel
Año: Enero 2018
Medidas: 70 cm Alto x 100 cm de Largo
“Dios” de la Dualidad con su gemelo precioso Tezcatlipoca luchando por darle vida al ser humano. La serpiente preciosa con su sangre y los huesos de los antepasados crearon al ser humano, de allí que en cada uno viva lo divino, lo etéreo.
Transfiguración en una de sus representaciones conocidas como “Un hombre blanco y barbado” pero emanando de la gran serpiente emplumada con uno de sus símbolos más emblemáticos, “El Caracol blanco”.
La tradición oral comparte que fue Quetzalcóatl quien prohibió los sacrificios humanos mostrando al ser humano como vivir en alianza y en armonía con sus semejantes.
Con los huesos preciosos de las otras eras y su auto sacrificio creó al hombre y con eso se fusionó el pacto con la humanidad.
Quetzalcóatl – Ehecatl, advocación del viento y las tormentas con sus rayos que anticipan la tormenta en forma de serpiente.
Según los mitos, fue Quetzalcóatl quien dio al ser humano los conocimientos para domesticar el maíz, conocer los ciclos productivos de la tierra y la estrecha relación que guardan los ciclos estacionales con la Agricultura.
La madre tierra guarda en su ser las semillas que germinan y que alimentan a la humanidad, por ello quise transmitir esta vital y noble tarea con una mujer dando a luz al fruto precioso. Ella encarnada en la semilla del maíz. Arriba “nuestra madre” con el maíz, el cacao y el nopal unidas a través del ser solar sagrado, el águila.
También en tiempos muy remotos, “La serpiente emplumada” estuvo relacionada con la lluvia y el agua, dadora de vida, aquí representada por la “Entidad” de la lluvia y las tormentas.
Quetzalcóatl creador del ser humano y del Quinto Sol, aquí representado con uno de los fenómenos más impresionantes: Un eclipse de sol, en el que trato de expresar la muerte de un sol para el nacimiento de uno nuevo, “el de la Quinta Era”.
La dualidad inherente a la condición humana: la “serpiente” es cuerpo físico con sus limitaciones, y las “plumas” son los principios espirituales, de esto quise dar muestra al representar justo ese desprendimiento de lo terrenal a lo etéreo mostrando a un hombre en meditación profunda sobre el suelo, en contacto con ese ser interior y que gradualmente se desprende de su cuerpo material hacia un cuerpo espiritual de luz. Allí es donde también aparece nuevamente su contraparte, representado a través de la oscuridad y el jaguar que hacen el balance, que hacen esa dualidad.