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El Mito de Quetzalcóatl II

Esta obra es la segunda parte de una trilogía que trata acerca de los Mitos que se han generado desde hace milenios respecto a una de las Entidades más representativas del culto en América.

Esta “Entidad” responsable de la creación de la Humanidad, del Quinto Sol, del conocimiento, de la espiritualidad, la sabiduría, las artes, la agricultura, las ciencias, los conocimientos fundamentales y ocultos, de la dualidad y de haber entregado al ser humano el maíz, ha sido fuente inagotable de mi inspiración.

 

Material: Lápices de colores en hoja de papel minagris

Año: Abril 2018

Medidas: 57 cm Alto x 87 cm de Largo

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Andrés Vilchis

Reflejo

“El re-encuentro” entre el ser humano y su alter ego que se representa así mismo como la parte más elevada de su ser, quise representarla como “tocando su reflejo transfigurado en un espejo”, como tratando de reconocerse al fin, pues no sería otra cosa que mirar hacia lo más profundo y desconocido de su ser. Quise hacer énfasis en que comparten “la misma luz” y “la misma sangre” para dejar en claro que lo divino y elevado no está fuera sino dentro de cada uno de nosotros.

Legado

Ese momento de re-encuentro ha quedado manifestado en los llamados “códices” o en el legado en piedra que nos dejaron los grandes abuelos cual instructivo de saber “mirar dentro de la serpiente”, de saber “mirar” hacia nuestros adentros.

Andrés Vilchis
Andrés Vilchis
Andrés Vilchis

Mítico

Muestro también nuevamente la dualidad divina para hacer patente la idea del eterno equilibrio de la Fuerza creadora.

Valor

El ciclo eterno de la vida quise materializarlo a través de uno de los símbolos que expresan “infinidad” pues la muerte trae consigo vida y así sucesivamente.

Este ciclo está expresado también por el cráneo que simboliza la muerte (arriba) y que representa el paso obligado a la trascendencia y el maíz (abajo) representando a la vida, al alimento que nutre y coadyuva a la existencia.

Fue el maíz el regalo que Quetzalcóatl le hizo a la humanidad. En México afirmamos que somos los hijos del maíz.

Simbólicamente tuvimos que morir en una era para que la Gran Serpiente Emplumada mezclara su sangre con los huesos preciosos de las 4 eras pasadas y darnos vida, para dar vida a la Quinta era, hecho que quise transmitir al hacer visibles los huesos en las entrañas de la gran serpiente.

Andrés Vilchis