Esta obra es la última de una trilogía que trata acerca de los Mitos que se han generado desde hace milenios respecto a una de las Entidades más representativas del culto en América.
Esta “Entidad” responsable de la creación de la Humanidad, del Quinto Sol, del conocimiento, de la espiritualidad, la sabiduría, las artes, la agricultura, las ciencias, los conocimientos fundamentales y ocultos, de la dualidad y de haber entregado al ser humano el maíz, ha sido fuente inagotable de mi inspiración.
Material: Lápices de colores en hoja de papel
Año: Diciembre 2018
Medidas: 59 cm Alto x 89 cm de Largo
Quetzalcóatl podría entenderse como La dualidad inherente a la condición humana: la “serpiente” es cuerpo físico con sus limitaciones, y las “plumas” son los principios espirituales.
En esta obra quise partir de ese entendimiento de la dualidad y traté de expresarla a través de una “cadena” ascendente partiendo desde la serpiente, desde ese increíble ser que se arrastra y que por ello conoce el sentir de la tierra y los secretos más esenciales de la vida, después este animal sagrado se fusiona desde el pecho del hombre haciéndose uno transmitiendo con ello una sensación de “crecimiento”.
El hombre está en profundo estado de contemplación y su mirada está dirigida hacia algún punto de su interior, como quien busca en un espejo, por ello nunca la mirada del espectador se cruzará con la del Tolteca.
El siguiente paso obligado es la Muerte como el enlace y medio para alcanzar la trascendencia y esta idea traté de expresarla con el cráneo y las “guías o cadenas de serpientes enlazadas” hacia el tope o culmen en el que están manifiestas las serpientes engarzadas que simbolizan al ciclo eterno de la vida.
Este animal sagrado es el actor más importante de esta obra pues desea “salir” del dibujo y materializarse (por como fue dibujada) y puedan mirar directo a sus ojos e intentar mirar “dentro de la serpiente”, ella estará siempre mirando dentro de ti.
Las plumas y los chalchihuites expresan lo precioso , lo elevado, especial, lo sagrado y lo único.
El fondo de la obra está lleno de bruma de colores, con ello quise transmitir que ese momento de trascendencia no puede tener lugar sino bajo las circunstancias más increíbles y quizás mágicas (por llamarla de alguna manera) en que se hace presente para el hombre, el real sentido de la vida.