La llegada al Mictlán no es otra cosa que la conclusión de una enorme travesía llena de retos y obstáculos que, según nuestros grandes abuelos, tenían que ser superados en el Inframundo para por fin fundirse con el todo único después de la Muerte.
De manera análoga, trato de interpretar esa narrativa, como todo aquello que tenemos que enfrentar, vencer, aprender y superar para por fin convertirnos en lo que vinimos a este mundo, en lo que nos hará trascender. El mirar a la Muerte a la cara, como paso obligado, nos hace recapitular que estamos aquí con un propósito y el saber que ese día llegará en cualquier momento, no hace más que alentarnos a valorar cada momento, cada insuflo, cada vivencia con total conciencia.
Material: Lápices de colores en hoja de papel
Año: Abril 2019
Medidas: 70 cm Alto x 100 cm de Largo

La Muerte aquí representada como el Alter Ego del Guerrero que mira a su contra parte a los ojos y le revela por fin el significado de la Vida. Es una manifestación de Mictlantecuhtli que le da la bienvenida al último paso, la trascendencia. A su llegada, el gran espíritu del Jaguar y de otros Guerreros muertos vienen a recibirle con cánticos y expresiones de júbilo. El color Rojo representa la Sangre ofrendada para alcanzar ese preciado momento.
El Guerrero se postra y mira de frente a los ojos a la muerte, sin miedo, sereno y respetuoso, es la manera de encarar este “paso” inevitable, así como la manera de enfrentar la vida.
El Hombre se muestra desnudo y con las marcas del jaguar fusionadas con su piel, esto como resultado de la comunión del hombre con su entorno, con su parte más animal, más esencial.


La representación etérea representa la transfiguración del hombre en un ser espiritualmente más elevado, en esencia, en luz.
La revelación del Mensaje de la Vida está representado por el símbolo sagrado de la Vírgula que indica la palabra, la voz misma, el pensamiento, lo que fluye.
